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dimarts, 10 de novembre del 2009

La lectura al veler

Si algo he aprendido, en los diez anyos que llevo buscando verdades omniosas, es que en esa tarea ninguna impresion de segunda mano puede reemplazar a lo que uno conoce por si mismo.

Vivire con la duda – se resigno -. Algun dia lo sabra, porque tarde o temprano lo sabemos todo.

Al azar le gusta adoptar los mas divesos disfraces, y por los que escoge en ciertas ocasiones uno juraria que es un humorista incorregible.

Pero uno tiene que aceptar con deportividad que se incumplan sus expectativas, porque en el fondo eso es lo unico que le da la chispa a la existencia.

La gente solo se entera de lo que uno quiere que se entere – repuso-.

(..), me asalto una nostalgia indefinida, como la que se siente por todo lo que uno ha deseado una y otra vez, sin llegar a poseerlo nunca. Por algun mecanismo perverso, eso es lo que termina anyorandose, mas que lo que de verdad se tuvo.

(..) Sabes lo unico que no tiene precio? (..) Quien ha aprendido a no necesitar nada. Esa es la unica gente a la que un hombre como yo se siente capaz de admirar. Si es que existe.

El que se ensenya a si mismo carece de terminos de comparacion, y corre por ello el peligro de valorar demasiado lo que es y piensa.

Todos podemos vivir solos. Todos vivmos solos.

El alquimista impaciente
Lorenzo Silva